LA NOTICIA
Eran ya las seis y
media de la mañana en Berga el sol salia timido por el
horizonte, sus rayos caian reflejados sobre las pequeñas
cristaleras del cuartel, la llamada de los pájaros hacian de
despertador para todos aquellos soldados y sargentos nos agrupamos en
el exterior me dio somnolientos. Todos nos mantenian firmes y rectos
ante la poderosa mirada del sargento Vázquez que inspeccionaba
la vestimenta de cada uno. Llevabamos cada uno nuestras respectivas
gorras de camuflaje y su traje todos estaban preparados cuando el
sargento Hierro dió la orden de dispersión, nos
agruparomos media hora después mas rectos, hoy empezaban los
entrenamientos por tierra, el invierno ya habia pasado la nieve se
habia ido llegaron al servicio militar en Noviembre con la nieve ya
puesta en los Pirineos y en seguida se fueron hacia la cordillera,
escalamos casi todos los picos incluido el Aneto.
Estabamos todos un
poco tristes hacia una semana de la muerte de Fornés, aún
habia luto en las nuestras miradas cuando el sargento dió
orden de marchar, nos fuimos 22 km hacia el oeste hicieron una
marcha, yo habia sido obligado a ir y estaba fundido, llegamos al
cuartel y me senté en el porche del cuartel, nunca habia ido a
una marcha y mi rendimiento fisico era nulo.
Pasaron semanas y
por fin habia cogido ritmo, el lanzamiento de granadas habia
terminado y comenzaba la supervivencia,
Consisitia en dejar
a dos soldados dos semanas solo con dos garrafas de agua y nada más.
Las parejas se hicieron y a mi mee toco con Cerezo, un soldado muy
seco alto fuerte y que no hablaba con nadie.
Salimos del cuartel
a las cinco de la mañana, iba a ser duro las instrucciones
eran claras tenian que comer no valia con quedarse esperando tenian
que cazar de la forma que sea...
Llegamos a la
montaña y las cosas ya empezaban a complicarse cuando no se
podia subir. Hizimos mano de navaja que esta totalmente prohibida,
que nos la guardamos en las partes intimas asi que empezamos a
clavarlas en la tierra arenosa de la montaña .
Problema. A Cerezo
se le habia roto la navaja y enseguida a mi cuando toqué la
roca donde se habia quedado atrapado mi compañero, la de
Cerezo era una multiusos corriente pero la de mia era una suiza
Victorinox autentica que le regaló su padre al cumplir
catorce, se habian partido por la mitad y se habian caido abajo
estabamos en un ligero problema. Me puse isterico estabamos en el
borde de un precipicio mayor de 30 metros la caida era fuerte y no se
podria saber si mortal...
Cerezo sin embargo
reaccionó rápido se quito la camiseta y me pidió
la mia, nos las quitamos y las ató haciendo un nudo de
montañismo llamado biestrinke que enseñaron en la
segunda lección de nudos que ayudo a Cerezo a dar el ultimo
impulso y posarse sobre la montaña después me la tiro y
subi.
Segundo problema
donde dormir, Cerezo queria dormir separado de mi y tenian que
hacerse cada uno la cabaña.
Antés de
fabricar la casa decidí dar una vuelta a la montaña.
Era una antigua
trinchera de la Guerra Civil, habia muros en forma de trinchera y en
el suelo culatas, cascos, trozos de tanque y mas cosas. Nada de
aquello era util pero en canvio habia una cueva era muy pequeña,
siquiera era una cueva era un nido.
Era un nido de
jineta exactamente, era muy pequeño pero podia servir para
resguardarse y asi no tenia que ir y fabricarsme la cabaña.
También estaba el tema de la caza, ya entraba el hambre ya
habria que ir a cazar lo primero era las armas. Me construí un
tirachinas con una rama de olivo milenario gigante y un arco con un
trozo de olmo que estaba seguido de otros tres. El tirachinas no pude
fabricarlo debido a una falta de algo que funcione como goma. En
canvio el arco si se pudo hacer.
Recorde mis tiempos
en Castellón jugando con los vecinos a guerreros y como se
fabricaban los arcos. Cogian cañas de india y la cuerda lo
hacian con los hilos de una planta llamada esparto que antiguamente
se utilizaba para fabricar cordones y zapatillas. El clima árido
de la montaña era perfecto para que crezca el esparto no tube
que buscar mucho para encontrar la primera pero no le convencia tuve
que irme unos 200 metros mas allá para encontrar el perfecto.
Estaba verde pero no podia pedir más, no era la época.
Uní varias trenzas echas esos hilos, tensó el arco y
aún le quedaba las flechas fué facil del mismo olmo
cogió sobre 10 ramas y con trozos de pizarra y plumas de
urraca, una especie de cuervo, que habian caidas por el suelo y uní
con esparto.
Y empezó la
acción...
No encontré
nada, pajaros y conejos pero los dos muy dificiles casi relativamente
imposibles. Intenté fabricar un cepo pero carecia de
materiales. Seguí cazando hasta que porfin un conejo no se
dió cuenta de que lo miraba escondido en el arbusto mas
pequeño.
Preparé el
proyectil, fijé la mirada en el objetivo, guiñé
el ojo y... ZASH. Ya tenia cena.
Llegué al
campamento donde Cerezo habia echo una pedazo tienda aunque le habia
costado mucho. La cabaña tenia una base echa con diferentes
piedras unidas con arcilla ke cogió del suelo gastando un poco
de agua para mezclarla, varias ramas unidas por un cordon que
encontró en el suelo y hojas de palmera.
Compartí la
comida con Cerezo comimos al aire libre pero el problema era el
fuego...
Cerezo se los
escondió pegado con celofan en la manga de la chaqueta pero se
lo pillaron...
Pero yo sin embargo
fuí previsible y me guardé en la mochila dos piedras
que dieron por válidas porque no sabian que esas piedras son
las que utilizaron el Homo Erectus en el sur de España para
encender el fuego. Las cogí de un rio seco que hay en un
pueblo del interior de Almeria donde nació smi padre.
Eran grandes y
tardaron cerca de una hora pero lo encendieron.
Para cortar y
trozear el conejo utilizaron un trozo de pizarra que cogió de
la montaña y un cuchillo echo con silex que llevaba que cogió
en Castellón, su ciudad natal.
Comimos a gusto, nos
hicimos amigos y el ambiente era bueno y como buenos españoles
nos echamos la siesta.
Nos despertamos bien
pasada la noche de invierno, en verdad eran la seis y media pero
sobre las seis en enero ya empezaba a oscurecer.
Por la noche,
aguantaron con el mismo fuego y comieron el mismo conejo que les
sobró de la tarde.
A lo largo de la
semana fué muy parecido, mucha caza y por la noche se
dedicaban al tiempo libre. Mejoré mi arco con las tripas que
recogio del primer conejo la dejó secar y las utilizo para el
cordon del arco. Con los pelajes del conejo los ajusto perfectos para
que coincidieran con el arco y se me hiciera mas comodo. Cogimos mas
practica respecto al fuego y cada vez nos costaba menos encenderlo.
Pasó la
semana y surgimos al cuartel con el amanecer del octavo dia. La
imagen era preciosa, montones de montañas rodeando de fondo el
cuartel de Berga. El cielo estaba rojo y el sol salia por detrás
del cuartel, el momento se acercaba, era el momento de volver al
presente y dejar la supervivencia. Los dos pusimos de nuestra parte
y pasaron una buena semana juntos, trabajamos en equipo y les fué
muy bien.
Volvimos todos muy
puntuales pero el momento llegó...
Los comandantes lo
sabian y se miraron antes de ponerse a hablar.
-Bueno princesitas
es la hora. Habeis trabajado muy duro para este momento, es hora de
partir.
Todos los soldados
se miraron pero un soldado miraba atónito hacia los lados sin
saber bien que decir, era yo.
“Que es eso de
partir, ¿ A donde? Que es todo esto.”
Todo se le quedó
aclarado cuando el sargento Hierro empezó hablar y lo explicó
todo.
No me lo creia, eso
estaba muy lejos y era solo un chiquillo.
Todo esto que han
estado haciendo para eso. Una guerra.
Nicaragua habia
estallado, dos ejercitos frente a frente, el sudor de los soldados
luchando, el dolor de los hermanos contrincantes , el temor de los
menos valientes, amigos matandose, familias partidas por eso, era
despreciable.
El viaje iba a ser
duro iban a ser 14 horas de vuelo muy duras en un avión
militar. Los Jeeps militares fueron a por ellos a la tarde